El dolor en el lado derecho del abdomen es uno de los motivos más comunes de consulta en urgencias. La razón es simple: puede estar relacionado tanto con molestias pasajeras (como gases o indigestión) como con afecciones graves que requieren intervención médica inmediata, como la apendicitis o problemas en la vesícula biliar.
Este síntoma puede variar en intensidad, duración y localización exacta, lo que hace que muchas personas se preocupen e intenten buscar información antes de acudir a un especialista. En este artículo exploraremos de forma detallada las causas más frecuentes, los síntomas asociados, cómo diferenciar un dolor leve de una urgencia y los tratamientos disponibles.
Localización del dolor: qué indica según la zona
No todos los dolores en el lado derecho del abdomen tienen el mismo origen. Según la zona, se pueden sospechar diferentes causas:
- Parte superior derecha: hígado, vesícula biliar, parte del intestino delgado y diafragma.
- Parte media derecha: intestino delgado, colon y riñón derecho.
- Parte inferior derecha: apéndice, colon ascendente, ovario derecho (en mujeres) y tracto urinario.
Identificar el área exacta del dolor ayuda a orientar el diagnóstico.
Causas más comunes del dolor abdominal en el lado derecho
1. Apendicitis
Es la causa más temida y frecuente de dolor abdominal agudo en el lado derecho. El dolor suele comenzar en la zona central del abdomen y después desplazarse hacia la parte inferior derecha. Se acompaña de:
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre moderada.
- Pérdida de apetito.
- Dolor que empeora al caminar, toser o moverse.
La apendicitis es una urgencia médica que requiere cirugía inmediata.
2. Cálculos biliares (litiasis biliar)
La formación de piedras en la vesícula biliar produce un dolor intenso y repentino en la parte superior derecha del abdomen, que puede irradiarse hacia la espalda o el hombro derecho. Este dolor suele aparecer después de comidas copiosas y grasosas.
Otros síntomas incluyen:
- Náuseas y vómitos.
- Indigestión frecuente.
- Fiebre si hay infección asociada (colecistitis).
3. Problemas hepáticos
El hígado ocupa gran parte del cuadrante superior derecho del abdomen, por lo que enfermedades como:
- Hepatitis viral.
- Abscesos hepáticos.
- Hígado graso.
- Cirrosis.
pueden causar dolor en esa zona, además de ictericia (piel amarillenta), fatiga y pérdida de apetito.
4. Síndrome de intestino irritable (SII)
El SII es un trastorno funcional del intestino que puede generar dolor abdominal crónico, gases, diarrea o estreñimiento. Aunque no es peligroso, puede afectar seriamente la calidad de vida.
5. Problemas renales
El riñón derecho también puede ser responsable del dolor en esa zona. Entre las causas más comunes están:
- Infección urinaria que asciende al riñón (pielonefritis).
- Cálculos renales, que generan dolor agudo e intermitente que se irradia hacia la espalda o la ingle.
6. Causas ginecológicas en mujeres
En mujeres, el dolor en el lado derecho del abdomen también puede deberse a:
- Quistes ováricos.
- Endometriosis.
- Embarazo ectópico (cuando el embrión se implanta fuera del útero).
Estas condiciones requieren evaluación ginecológica inmediata.
7. Problemas musculares o lesiones
Una contractura abdominal o un golpe en la zona pueden generar dolor localizado que suele mejorar con reposo y antiinflamatorios.
Síntomas que acompañan el dolor en el lado derecho
El dolor abdominal rara vez aparece aislado. Otros síntomas pueden dar pistas sobre la causa:
- Fiebre: frecuente en apendicitis e infecciones.
- Náuseas y vómitos: comunes en cálculos biliares y apendicitis.
- Ictericia: indica problemas hepáticos o de vesícula.
- Cambios en la orina o heces: pueden señalar cálculos o hepatitis.
- Dolor menstrual intenso: sugiere problemas ginecológicos.
Señales de alarma: cuándo acudir al médico
Debes acudir a urgencias si presentas:
- Dolor abdominal intenso y persistente.
- Dolor que empeora al moverse o al presionar la zona.
- Fiebre alta.
- Vómitos frecuentes o con sangre.
- Heces negras o con sangre.
- Mareos, desmayos o palidez extrema.
En estos casos, el diagnóstico y tratamiento temprano pueden salvar la vida.
Diagnóstico
El médico realizará una evaluación clínica y puede indicar:
- Análisis de sangre y orina para descartar infecciones.
- Ecografía abdominal, útil para ver apéndice, vesícula y quistes ováricos.
- Tomografía computarizada (TAC) para identificar apendicitis u otras emergencias.
- Endoscopia digestiva en caso de sospecha de úlceras o gastritis.
Tratamiento según la causa
- Apendicitis: cirugía inmediata para extirpar el apéndice.
- Cálculos biliares: analgésicos, dieta baja en grasas y, en casos graves, cirugía de vesícula.
- Problemas hepáticos: antivirales, antibióticos o cambios en el estilo de vida.
- Infecciones urinarias o renales: antibióticos específicos y control médico.
- Quistes ováricos o embarazo ectópico: tratamiento ginecológico, que puede incluir cirugía.
- Dolores musculares: reposo, compresas calientes y fisioterapia.
Remedios caseros para el dolor leve (si no hay alarma)
- Aplicar calor local en el abdomen.
- Beber infusiones digestivas como manzanilla o menta.
- Evitar comidas grasosas y pesadas.
- Mantenerse hidratado.
- Descansar lo suficiente.
⚠️ Importante: estos consejos son solo para molestias leves. Si el dolor empeora, se debe acudir al médico de inmediato.
Prevención
- Mantener una dieta rica en frutas, verduras y fibra.
- Limitar el consumo de grasas, alcohol y tabaco.
- Realizar actividad física regular.
- Controlar enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión.
- Hacer chequeos médicos periódicos.
Conclusión
El dolor en el lado derecho del abdomen puede tener múltiples causas, desde molestias digestivas leves hasta emergencias médicas como la apendicitis o los cálculos biliares. La clave está en reconocer los síntomas de alarma y buscar atención médica a tiempo.
Cuando el dolor abdominal está acompañado de acidez, reflujo o digestiones pesadas, conviene revisar los síntomas de problemas estomacales para descartar gastritis o indigestión.
Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre un tratamiento sencillo y una complicación grave. Mientras tanto, mantener hábitos saludables, una buena alimentación y controles médicos regulares es la mejor estrategia para prevenir estos problemas.