Sudoración excesiva (hiperhidrosis): causas, síntomas y tratamientos

Sudoración excesiva (hiperhidrosis). La sudoración es un proceso natural del cuerpo humano que regula la temperatura y elimina toxinas. Sin embargo, cuando aparece de manera abundante y sin relación directa con el calor o la actividad física, puede tratarse de hiperhidrosis, un trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo.

La hiperhidrosis no solo genera incomodidad física, sino que también tiene un gran impacto en la vida social, emocional y laboral de quienes la padecen. En este artículo, exploraremos en detalle sus causas, tipos, síntomas y las mejores opciones de tratamiento disponibles hoy en día.


¿Qué es la hiperhidrosis?

La hiperhidrosis es una condición médica en la que las glándulas sudoríparas producen sudor en exceso, incluso en situaciones en las que el cuerpo no lo necesita.

Se calcula que entre el 2% y el 3% de la población mundial sufre de hiperhidrosis, aunque muchos no lo consultan por vergüenza o por pensar que es algo “normal”.

Zonas más afectadas por la sudoración excesiva:

  • Axilas.
  • Palmas de las manos.
  • Plantas de los pies.
  • Cara y cuero cabelludo.
  • Espalda y pecho en menor medida.

Tipos de hiperhidrosis

Existen dos formas principales de clasificar este trastorno:

  1. Hiperhidrosis primaria
    • Ocurre sin causa aparente.
    • Suele comenzar en la infancia o adolescencia.
    • Se relaciona con una hiperactividad del sistema nervioso simpático.
    • Generalmente afecta a zonas específicas como manos, pies, axilas o rostro.
  2. Hiperhidrosis secundaria
    • Es consecuencia de otra condición médica.
    • Puede aparecer en cualquier momento de la vida.
    • Afecta de manera más generalizada al cuerpo.
    • Se relaciona con enfermedades como:
      • Diabetes.
      • Hipertiroidismo.
      • Menopausia.
      • Obesidad.
      • Parkinson.
      • Infecciones.

Síntomas de la sudoración excesiva

Sudoración excesiva (hiperhidrosis)

Los síntomas más comunes de la hiperhidrosis incluyen:

  • Manos o pies constantemente húmedos.
  • Cercos de sudor visibles en la ropa.
  • Sudoración nocturna sin calor ambiental.
  • Mal olor corporal persistente (bromhidrosis).
  • Irritación en la piel, hongos o infecciones recurrentes.
  • Dificultad para realizar tareas diarias (usar el celular, dar la mano, escribir).
  • Ansiedad o vergüenza social.
  • En algunos casos, la sudoración excesiva viene acompañada de mareos frecuentes, lo que puede indicar problemas en la presión arterial.

Factores de riesgo

Algunas personas tienen mayor probabilidad de desarrollar hiperhidrosis:

  • Herencia genética: suele haber antecedentes familiares.
  • Edad temprana: muchas veces inicia en la adolescencia.
  • Clima cálido y húmedo: intensifica los síntomas.
  • Estrés o ansiedad: pueden disparar episodios de sudoración intensa.

Diagnóstico

Un médico especialista en dermatología o medicina interna suele evaluar la hiperhidrosis mediante:

  • Historia clínica: cuándo comenzó, en qué zonas, con qué frecuencia.
  • Prueba del almidón-yodo: detecta zonas exactas de sudoración.
  • Medición de sudor (gravimetría o evaporimetría).
  • Exámenes de sangre u orina para descartar enfermedades asociadas.

Tratamientos para la sudoración excesiva

El manejo de la hiperhidrosis depende de la severidad de los síntomas y del impacto en la vida del paciente.

1. Antitranspirantes con cloruro de aluminio

  • Se aplican en axilas, manos o pies.
  • Funcionan bloqueando las glándulas sudoríparas.
  • Son la primera opción de tratamiento.

2. Medicamentos orales

  • Anticolinérgicos (como oxibutinina).
  • Beta-bloqueadores para la sudoración inducida por ansiedad.
  • Requieren supervisión médica por efectos secundarios.

3. Toxina botulínica (botox)

  • Se aplica en axilas, manos o pies.
  • Bloquea temporalmente las señales nerviosas que producen sudor.
  • Dura entre 6 y 12 meses.

4. Iontoforesis

  • Se utilizan dispositivos con corriente eléctrica de baja intensidad.
  • Reduce la actividad de las glándulas sudoríparas en manos y pies.

5. Tratamientos quirúrgicos

  • Simpatectomía torácica endoscópica: corta los nervios que estimulan la sudoración.
  • Curetaje o liposucción de glándulas sudoríparas axilares.
  • Se reserva para casos graves.

Consejos prácticos para controlar la sudoración

  • Usar ropa ligera y transpirable.
  • Evitar alimentos picantes, alcohol y cafeína.
  • Mantener un peso saludable.
  • Practicar técnicas de relajación para reducir la ansiedad.
  • Elegir calzado ventilado y calcetines de algodón.
  • Mantener una correcta higiene para prevenir infecciones.

Impacto emocional de la hiperhidrosis

La sudoración excesiva no solo es un problema físico. Muchas personas con hiperhidrosis desarrollan:

  • Baja autoestima.
  • Aislamiento social.
  • Dificultades laborales.
  • Trastornos de ansiedad.

Por eso, el tratamiento debe ser integral, considerando tanto la salud física como la mental.


¿Cuándo acudir al médico?

Es recomendable buscar atención médica si:

  • El sudor interfiere con tu vida diaria.
  • Ocurre de manera repentina y abundante.
  • Se acompaña de pérdida de peso, fiebre o palpitaciones.
  • El sudor aparece solo en un lado del cuerpo.

Conclusión

La sudoración excesiva (hiperhidrosis) es un trastorno frecuente, pero subdiagnosticado. Aunque puede generar incomodidad y afectar la calidad de vida, hoy existen múltiples tratamientos que ofrecen resultados eficaces.

Si sufres de este problema, no lo ignores ni lo escondas: consultar a un especialista puede cambiar tu día a día y devolverte seguridad y bienestar.

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